La FES Acatlán, orgullosamente UNAM

Me sumo a los que dicen que la UNAM es mi vida. Tengo ya 25 años en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, donde empecé siendo Profesora de Asignatura por algunas horas y estudié la maestría en Educación Matemática. Actualmente lidero el proyecto de la División de Matemáticas e Ingeniería, que cuenta con tres carreras: la de Matemáticas Aplicadas y Computación; la de Ingeniería Civil; y la de Actuaría. En esta área se cuenta con cerca de 2 mil 500 alumnos, con los que trabajamos en diferentes grupos y lo hacemos los 365 días del año, porque aunque tenemos periodos vacacionales, aun en ellos tenemos que asistir ya que se continúan realizando proyectos de investigación con los alumnos. Es una labor muy bella, muy hermosa. Por eso digo que la UNAM ha sido no solamente mi vida, sino también mi formadora y mi casa.
Como mujer, esa ha sido también una parte muy importante de mi vida; en la UNAM han reconocido siempre mi trayectoria y formación académica. Ya que el horario de la UNAM es bastante flexible, nos permite realizar nuestro trabajo sin dejar de atender a la familia. Como mujer, persona y profesionista, la UNAM ha llenado todas mis aspiraciones.
Recientemente, en el Foro 20-20 que promovió la Fundación UNAM con la participación del Consejo Académico del Área de las Ciencias Físico Matemáticas y las Ingenierías, pude revisar lo que realiza en su conjunto la Universidad, particularmente en el área de investigación. Es realmente impresionante. Cuando me correspondió hablar en dicho Foro, lo primero que pude haber dicho es: ¡Qué grande es la UNAM y qué bueno que formo parte de ella! Aquí, cada uno de nosotros pone su parte con una gran pasión y un compromiso muy fuerte. Por ello es que los que laboramos en la UNAM estamos posicionándonos en muchos lugares en Latinoamérica y en el mundo, convirtiéndonos en un referente para muchas investigaciones y avances del conocimiento. Me siento muy orgullosa de formar parte de esa suma de experiencias, de voluntades, de compromisos y de amor, que es lo que significa la UNAM para mí.
En México tenemos un gran reto, sobre todo en el área de las Matemáticas, que en esta etapa, en la UNAM, está ya más consolidada. Cuando advertimos que los alumnos no traen este amor, esta pasión por las Matemáticas, nos preocupamos y ocupamos de que entiendan cada día más la importancia que tienen el estudio de la Ciencia y de la Ingeniería en México. Nos alienta tener alumnos sumamente apasionados, tanto que ellos mismos forman grupos de apoyo para sus compañeros, no sólo para prepararlos mejor en Matemáticas, sino también para comprometerlos en el desarrollo de proyectos sociales en beneficio del país. Uno de estos grupos trabaja en el desarrollo de software para la enseñanza de las Matemáticas, que se aplica en escuelas cercanas a la FES Acatlán. En dos o tres escuelas nuestros jóvenes universitarios han podido constatar que con estos apoyos didácticos los niños se interesan más en el aprendizaje de las Matemáticas, y es que yo siempre he creído, como ingeniera que soy de profesión, que una buena formación en Matemáticas hace ver la vida de manera diferente, hace entender los problemas de una manera más lógica y razonada, y permite aplicar el ingenio para resolver muchos de los problemas sociales, económicos y políticos de nuestro país.
En especial, la carrera de Matemáticas Aplicadas y Computación es muy hermosa y productiva. De ella tenemos egresados que trabajan en todas las áreas del conocimiento: medicina, finanzas, economía, biología y también en áreas de las Ciencias Sociales y Políticas. Quienes estudiaron esta carrera han comentado sus experiencias en todo tipo de dependencias públicas, de empresas y organizaciones, y cuentan que el mundo ya no les resulta tan complejo porque lo ven a través de la óptica de las Matemáticas, lo cual les permite resolver muchos problemas de manera más sencilla.
Nosotros, en Acatlán, tuvimos un contacto muy intenso con la Fundación UNAM cuando se inició la carrera de Matemáticas Aplicadas y Computación. Era una carrera que generaba dudas, y mucha gente se preguntaba para qué queríamos matemáticos aplicados que utilizaran la Computación. Fue entonces que la Fundación UNAM creyó en nosotros y apoyó la creación de los primeros laboratorios de Cómputo que utilizaron nuestros alumnos, y ello contribuyó a que lográramos formar jóvenes con mejores bases y con apoyos tecnológicos que en ese momento no eran tan accesibles. Posteriormente, la FUNAM nos ha ayudado muchísimo otorgando becas a todos nuestros jóvenes de alto desempeño y escasos recursos. Tengo muy presente el caso de una alumna que tenía un muy alto desempeño académico, pero tenía muchos problemas económicos para continuar sus estudios. Tuvo la oportunidad de tener una beca de Fundación UNAM y esta chica consiguió después hacer una maestría y un doctorado en Inglaterra, y ahora es una persona feliz y exitosa en el área de las finanzas de nuestro país. Y conozco muchos casos de éxito como este, muchos casos de jóvenes que no tendrían oportunidad de seguir estudiando o que no tendrían la oportunidad de fortalecer sus conocimientos o aun de permanecer en la Universidad, si Fundación UNAM no los apoyara con este tipo de becas.
En el caso del área de Matemáticas e Ingeniería de nuestra Máxima Casa de Estudios, la Fundación UNAM aporta un porcentaje muy importante de becas, alrededor al 60% de las becas que reciben nuestros alumnos, lo cual ha fortalecido su permanencia en los estudios y disminuido sensiblemente la deserción por falta de recursos económicos.
Por eso creo que todos debemos apoyar la labor que la FUNAM desempeña desde hace poco más de 20 años. Es por México.
Por: Nora Goris, docente de la FES Acatlán
Fuente | El Universal
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