Crea UNAM primer albergue de Axolotes

Una de las más curiosas especies endémicas de México por su parecido con la salamandra es el Axolote, conocido también como “el pez caminante” a pesar de que es un anfibio.
Este vertebrado de cabeza ancha, ojos sin párpados, branquias, patas cortas y una cola con forma de aleta es considerado una creatura única en el mundo, por lo que ha sido objeto de estudio de diversos científicos internacionales.
Por esta razón, 10 ejemplares ingresaron al primer albergue de Axolotes, proyecto liderado por investigadores de la UNAM, el cual se ubica en la Cantera Oriente de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA).
Con el alojamiento de estos especímenes se da inicio a una generación de albergues fuera de Xochimilco; ya que se evaluará qué tanto puede sobrevivir el Axolote en condiciones diferentes, por ejemplo, agua transparente como el río, o más turbia, como en los lagos.
“El seguimiento en anfibios debe ser por años, para verificar si el espacio es viable para la supervivencia. Nos dimos cuenta de que el agua tiene condiciones óptimas y los parámetros físico-químicos son muy cercanos a lo que el axolote necesita. A ellos les gusta mucho la oscuridad y el lodo”, afirma el Doctor Horacio Mena, investigador del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En este albergue, los Axolotes estarán de forma semicautiva, dentro de una jaula para ser protegidos, además llevan un chip que será monitoreado vía láser a fin de conocer su actividad.
“Los anestesiamos para que no les duela, es una jeringa un poco gruesa porque el chip es de un centímetro de largo y ancho como la punta fina de un lápiz. Con esto sabemos quién es quién, macho, hembra; si está enfermo, se fracturó o ha muerto, pues hemos hallado los chips hasta en estómagos de serpientes”, explicó Luis Zambrano, investigador del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien encabeza el proyecto.
Después de cruzar la fase de sobrevivencia en el albergue, los anfibios serán expuestos a un monitoreo directo en una jaula más amplia, en 5 grupos de parejas de hembras y machos.
“Sería mediante un teletransmisor, que pondremos en marcha en cuanto sepamos que sí funciona el albergue; se los colocaremos a cada uno, pero lo primero es evaluarlos dentro de las jaulas. Si es exitoso, la idea final es tener una población suficientemente grande, que sea un stock genético y poblacional para regresarlos a Xochimilco”, abundó.

“La meta final es que sea un refugio, un santuario para el axolote. Queremos tener un banco genético de la especie. A la semana de que los metimos a las jaulas hubo puesta de huevos en dos de los tres jaulas, la teoría es que si una especie se reproduce, es porque en su ambiente tiene lo que necesita”, afirmó el investigador.
El axolote (del náhuatl axolotl: monstruo acuático), es una especie endémica de los antiguos lagos del Valle de México (Xochimilco, Texcoco y Chalco), y actualmente podría ser considerado como una especie en peligro de extinción. No obstante, este albergue representa la esperanza de generar un nuevo hábitat para el Ambystoma mexicanum.
De acuerdo a un censo realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en 1998, se encontraron en Xochimilco más de 6 mil axolotes por km2. Sin embargo para 2014, este el número se redujo en un axolote por cada tres km2.
Cabe destacar que la creación del primer albergue en Ciudad Universitaria fue impulsada por el Club Universidad Nacional, AC.
Si deseas conocer más sobre estos trabajos puedes acceder a http://ajolote.ibiologia.unam.mx/
Texto: Fundación UNAM
Fuente: DGCS, UNAM