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A 53 años del Movimiento Estudiantil de Tlatelolco

La tarde del 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército de los campus de la UNAM y del IPN, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas ubicada en Tlatelolco.

A 53 años del Movimiento Estudiantil de Tlatelolco, te traemos una crónica de los hechos que han marcado a estudiantes mexicanos:

ANTECEDENTES

El 22 de julio de 1968 policías granaderos reprimieron una riña entre alumnos de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y la preparatoria particular Isaac Ochoterena.

Los agentes irrumpieron en las vocacionales 2 y 5, hiriendo a profesores y alumnos. Tres días después, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se declaró en huelga indefinida.

Tras la represión que el cuerpo de granaderos propinó a jóvenes del IPN y de la Preparatoria 2 de la UNAM, así como a miembros del Partido Comunista, el 26 de julio de 1968, estudiantes del IPN en solidaridad declararon un paro de actividades exigiendo seis demandas:

  1. Libertad de todos los presos políticos.
  2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
  3. Desaparición del cuerpo de granaderos.
  4. Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
  5. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
  6. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

El 29 de julio, el conflicto se extendió por toda la Ciudad de México, mientras las autoridades pretendían calmar el ánimo previo a los Juegos Olímpicos pactados  para el  12 de octubre del mismo año.

La relevancia del movimiento repuntó cuando, el 1 de agosto el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra encabezó una manifestación de alrededor de 80 mil universitarios y politécnicos, en protesta por la represión y en demanda de la liberación de los estudiantes presos.

Sobre avenida de Los Insurgentes, la mayor autoridad universitaria proclamó la frase “únete, pueblo”. Entonces se conformó el Consejo Nacional de Huelga (CNH) para establecer que las escuelas estarán en huelga, pero no en paro activo; habrá tres representantes por plantel, y para rechazar la presencia de organizaciones ajenas a la comunidad escolar.

Pese a ello, el Ejército continuó con ocupaciones en las escuelas, plazas públicas del centro de la capital del país y las calles. Lo que deviene en un entorno de detenciones arbitrarias, asesinatos y lesiones para estudiantes y la sociedad civil.

Barros Sierra mantuvo sus reclamos y acusó que no recibió notificación de las ocupaciones militares, además denunció que fue víctima de injurias y difamación. Hasta que anunció su renuncia el 23 de septiembre de 1968.

El 1 de octubre de ese año, el Ejército desocupó todas las instalaciones de la UNAM y el IPN que mantuvo tomadas, como un movimiento estratégico previo a la masacre del día siguiente en la Plaza de las Tres Culturas.

LOS HECHOS

La tarde del 2 de octubre de 1968, un día después de la salida del ejército de los campus de la UNAM y del IPN, miles de personas se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas ubicada en Tlatelolco.

Como era costumbre, el ejército vigilaba ante el temor de grescas, sin embargo, el pretexto del operativo era el riesgo que fuera asaltada la Torre de la Secretaria de Relaciones Exteriores.

De civil portando un pañuelo o guante blanco en la mano izquierda, miembros del Batallón Olimpia, se infiltraban en la manifestación hasta llegar al edificio “Chihuahua” donde se encontraban los oradores del movimiento y varios periodistas.

Cerca de las seis de la tarde, casi finalizado el mitin, un helicóptero sobrevoló la plaza del cual se dispararon bengalas,  como señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia apostados en el edificio “Chihuahua” abrieran fuego en contra de los manifestantes y militares que resguardaban el mitin, para hacerles creer a estos últimos, que los estudiantes eran los agresores.

Los militares en su intento de defenderse, repelieron “la agresión de los estudiantes”, pero ante la confusión, los disparos no fueron dirigidos contra sus agresores, sino hacia la multitud de manifestantes que se encontraban en la plaza de Tlatelolco.

Algunos manifestantes que lograron escapar del tiroteo se escondieronen los departamentos de los edificios aledaños, pero esto no detuvo al ejército, que, sin orden judicial, irrumpieron a cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco, para capturar a los manifestantes.

El Movimiento Estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y el IPN participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas, la mayoría de la Ciudad de México, pero también del interior de la república.

Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas, así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales en los años setenta.

Fuente: Proceso. La noche de Tlatelolco, 1968. Los Archivos de la violencia. Aquevedo

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  1. Arturo Rodríguez Cuevas dice:

    Como hace 52 años, el gobierno totalitario de ese entonces se replica con el actual gobierno, ello como resultado de la falta de memoria histórica por parte de la población del pías, el día de ayer vivimos de facto una desaparición de poderes, el capricho del gobernante en turno que es de todos sabido que no le importan las instituciones ha dejado al país en un retroceso del progreso que con tanta dificultad se había logrado, estamos secuestrados por su camarilla de corruptos en la mas alta impunidad que se ha registrado en nuestra historia, falta conciencia social y valores que se han perdido en nuestro pueblo.

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