El miedo en los niños

“A veces me ha dado miedo mi propia sombra…
¡Pero todos los días se hacen nuevas amistades!”
(Fernández y Garrido, 1989)
Alguna vez hemos sentido miedo en nuestra vida, forma parte de la gama de emociones humanas y como cada una de ellas, existe por una razón importante. Se considera que el miedo es un mecanismo de defensa que actúa como una señal de alarma capaz de desencadenar instantáneamente una serie de cambios fisiológicos que sirven como preparación del organismo ante el peligro, lo que permite protegernos, actuar y adaptarnos a situaciones desafiantes.
Desde muy temprana edad, se activa este importante sistema de seguridad, los bebés alrededor de los seis meses empiezan a sentir miedo de las personas desconocidas. Un poco más tarde lo experimentarán también ante la separación o al abandono, frente a los animales, a la oscuridad, a los monstruos o fantasmas. “Algunos de estos miedos son saludables porque brindan la oportunidad de aprender a enfrentar situaciones difíciles y estresantes, con las que las personas ineludiblemente se toparán a lo largo su desarrollo.” (Méndez, 2000 en Reyes y Reidl, 2010).
Cabe resaltar que mientras el miedo sea transitorio e impulse al niño a actuar, será un estímulo adaptativo propio del desarrollo; pero si, por el contrario genera angustia intensa, ansiedad o temor constante que anula la capacidad de control y respuesta ante el riesgo, puede tratarse de una situación que requiere atención y cuidado de un especialista.
La infancia es un periodo de creatividad, imaginación y exploración; los niños necesitan vivencias enriquecedoras para comprender su ambiente, durante este proceso enfrentan varias situaciones desconocidas que pueden causarles miedo. Evita ridiculizar la expresión de sus emociones o reprimirlas, lo más sano es que el niño transite por su emoción llorando, hablando si ya puede hacerlo, e incluso dibujando o con juegos que le permitan relacionarse con la experiencia que le causa temor.
Conforme el niño va creciendo, adquiere experiencias suficientes que idealmente le permitirán comprender los fenómenos que ocurren a su alrededor. “Los miedos surgen, cambian y desaparecen a medida que el individuo crece y se desarrolla.” (Marina, 2007).
Un acompañamiento cálido y amoroso de sus padres o adultos significativos durante el desarrollo es una excelente forma de apoyar al niño para superar sus miedos, cada experiencia le proporcionará elementos de comprensión que pueden ser aprovechados al máximo y convertir sus logros en pasos firmes hacia la madurez.
Autor: Programa de Educación Inicial
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Bibliografía
- Álvarez, A., González, D., González, N., González S. y Valdez, J. (2010). Tipos de Miedo más Frecuentes en Niños de Primaria: Un Análisis por Sexo. Psicología Iberoamericana, 18 (1) 47-55.
- Fernández, A. y Garrido, R. (1989). Mi amigo el miedo. Granada: Editorial Escuela Popular.
- Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) (2011). ¿Mucho, poquito o nada? Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad. Uruguay: Autor.
- Marina, J. A. (2007). Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía. Barcelona: Anagrama.
- Rojas, M. y Barreat, Y. (2009). Programa de intervención dirigido a modificar la conducta de miedo en niños/as. Educere, 13 (45) 509-517.
- Reyes, V. y Reidl, L. (2010). Diferencias en el miedo reportado por niños y niñas de 9 a 12 años de edad. Suma Psicológica, 17 (2) 163-168.