IQ: 80 años de innovación científica y tecnológica

Después de 80 años de vida, el Instituto de Química (IQ) ha logrado ser un ícono de innovación tecnológica y científica en el país gracias a sus logros y éxitos, mencionó el rector Enrique Graue Wiechers durante la ceremonia conmemorativa por este aniversario.
Entre la historia del IQ se recordó el surgimiento de los estudios de la síntesis industrial de antidetonantes y los primeros investigadores enfocados en el desarrollo de gasolinas; los estudios sobre alcalinidad del Lago de Texcoco; la creación del primer anticonceptivo oral que permitió la liberación de las mujeres; entre otras aportaciones que ha conseguido dar el Instituto al país.
El rector Graue también reconoció el trabajo que ha realizado el IQ en la formación académica, como Mario Molina Pasquel, el tesista que recibió el Premio Nobel de Química; o bien, sus 67 investigadores que son parte del Sistema Nacional de Investigadores y trabajan en al menos la publicación de 200 artículos al año.
Así mismo, y enfatizando en la fuente de orgullo que es, mencionó cómo esta entidad se ha sumado a los esfuerzos para la igualdad de género dentro de la UNAM, indicando que en los últimos tres años el 70% de las contrataciones han sido mujeres.
En dicha ceremonia también participó William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica, quien felicitó al IQ por su trabajo durante esta emergencia sanitaria y aprovechó para reconocer su labor con los estudiantes de bachillerato a través de su programa de estancias de investigación, cuyo fin es despertar vocaciones científicas.
Por su parte Jorge Peón Peralta, director de IQ, mencionó que en 2020 esta entidad académica rompió su cifra récord de publicación de artículos científicos con impacto internacional. Incluso, la American Chemical Society la situó número uno en contribuciones científicas destacadas.
En el evento participaron diferentes académicos y ex-académicos, quienes también recordaron el paso de grandes universitarios por este Instituto, como los investigadores eméritos Alfonso Romo de Vivar y Barbarín Arreguín Lozano.
FUENTE: GACETA UNAM