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Pieza del siglo XIX, el escape de Musicat

Bastó con que un miembro del grupo Musicat, del Seminario de Música en la Nueva España y el México Independiente, preguntara durante una junta “¿Por qué no lo grabamos?”, para que siguieran siete meses de trabajo y grabación virtual

Fue en 2002, en el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), cuando especialistas en sociología, historia, musicología, antropología cultural, historia del arte, historia cultural, bibliotecología, archivística, organología y restauración se reunieron para dar vida a esta comunidad académica internacional, que desde entonces ha hecho grandes descubrimientos en la librería de cantorales y el archivo de música de la Catedral de México.

Con la llegada de la pandemia, en 2020, tanto el IIE como los recintos se vieron obligados en cerrar, y aunque los miembros de Musicat continuaron trabajando de manera remota, todos quedaron aislados sin poder realizar las actividades como solían hacerlo de manera presencial.

Durante ese tiempo se reencontraron con las partituras de José Ignacio Triujeque, del siglo XIX, escrita cerca de 1843, cuando por falta de recursos y por la luchas de independencia e invasiones en el país estaba cerrada la capilla de música de la catedral, lo cual hizo pensar al grupo sobre las similitudes de las circunstancias en ese entonces y ahora.

“Triujeque llamaba a sus compañeros hacía arreglos a partituras ya existentes o a música que él compraba para que la catedral tuviera cánticos… la música era un invitatorio, que es el género de obra con el que empieza un oficio de difuntos, revisamos las fotos de un libro de coro y vimos que podíamos dar vida a esa música en la manera como se hacía en el siglo XIX, intercalando el canto llano con la música de autor. En ese momento escapamos de la pandemia haciendo música”, comentó la coordinadora del seminario, Lucero Enríquez Rubio.

A partir de esto, la también compositora y clavecinista se enfocó en convocar a los músicos del seminario para grabar la pieza, dando el 15 de agosto como la fecha límite para enviar sus pistas que permitieran hacer el video.

“Fue complicado porque muchos no tenían un buen micrófono para grabar, así que lo hicieron con su teléfono celular… se les enviaron los tempi, la afinación, se les dijo cómo tenía que estar la cámara, hicimos todo un cronograma, se hizo una premezcla”.

A petición de la embajada de México en Indonesia el estreno se hizo el 27 de septiembre, día del Bicentenario de la Independencia de México, mientras el preesteno se realizó en el Colegio de Investigadores del IIE.

La labor de este grupo que se reúne de dos a tres veces por semana es muy dura; no sólo se encargan de desempolvar los expedientes, sino también de difundirlos y divulgarlos. Un trabajo que involucra el esfuerzo de especialistas de entre 20 y 80 años, aseguró la coordinadora.

“Es parte de la supervivencia espiritual de un músico: si no tocas, te mueres. La pandemia se resintió mucho en algunos gremios, pero más en los performanceros… el zoom es ingrato, aun así, todavía se puede hacer teatro, pero para los músicos, los conjuntos, los ensayos, es muy difícil. Por ello, haber grabado esta obra, con músicos de Durango, de Argentina, Brasil, con un maestro de Morelia, todos miembros del seminario, que trabajaron como becarios, servidores sociales o profesionales fue muy satisfactorio”, señaló la académica al recalcar lo que significó realizar este proyecto.

FUENTE: GACETA UNAM

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