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Néstor Daniel Macías Acosta

El deseo de pertenecer a la UNAM

Soy originario de Morelia, Michoacán, donde me formé como Ingeniero Ambiental. Al iniciar la carrera universitaria me di cuenta de que la ingeniería ambiental es diversa y constantemente me preguntaba qué rama en específico era la más apropiada para mí. Con el tiempo y la adquisición de nuevas experiencias entendí que, entre todas las problemáticas ambientales, la más preocupante (a mi parecer) es la concerniente al agua. Comencé a fijarme ciertas metas profesionales. La más grande en su momento fue estudiar un posgrado.

Investigué las opciones de maestría disponibles. Como ya dije, tenía especial interés en el campo disciplinario del agua; así pues, me enfoqué solo en los programas relacionados. Y en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba haciendo trámites y exámenes para ingresar al Programa de Posgrado en Ingeniería Ambiental-Agua de la UNAM. Estaba muy emocionado porque, bueno, la UNAM es la máxima casa de estudios de México, de donde han egresado muchos profesionistas que han realizado invaluables aportaciones al desarrollo tecnológico, científico y cultural del país y del mundo. Además, para los mexicanos que somos patriotas y sabemos que tuvo sus inicios en la época de la revolución, simboliza el cambio hacia una sociedad más libre y racional.

Como requisito del proceso de admisión desarrollé un protocolo de investigación del que sería mi tema de tesis: “Tratamiento de aguas residuales de la industria cosmética mediante biodegradación aerobia seguida por oxidación electro-química”, dirigido por la Dra. Petia Mijaylova. Cuanto más leía al respecto, más grande era mi interés. Recuerdo que al salir del trabajo llegaba ansioso a continuar redactando mi protocolo. Definitivamente, no había otra cosa que yo añorara más que ser parte de la UNAM.  En fin, después de tanto esfuerzo, a mediados del año 2019 logré ser aceptado en el programa, y la euforia se desató entre mis familiares y amigos cuando les compartí los resultados. Por supuesto yo tampoco cabía de la felicidad, fue muy emotivo. Unas semanas más tarde estaba preparando la mudanza. A menudo se habla de lo difícil que es o debe ser irse a otro lugar a estudiar, solo, sin conocer a nadie, con limitaciones económicas, etc. Y lo es. Sin embargo, las ganas de salir adelante y convertirse en una persona útil para el mundo son mayores.

Las asignaturas que tomé durante la maestría me fueron de gran ayuda para abordar mi tesis desde una perspectiva más clara. Estoy muy agradecido con todos los profesores que las impartieron y me transmitieron parte de su conocimiento. Fue una magnífica y enriquecedora experiencia ser responsable de un sistema experimental para tratar aguas residuales cosméticas. En este caso, operé dos reactores: uno biológico y uno electroquímico. Era la primera vez que hacía algo así. Yo mismo los instalé, cuidé los parámetros de operación y me encargué de los problemas que surgieron en el proceso. Hacerlo de esta forma tan práctica, me permitió complementar el trabajo teórico, el cual también disfruté muchísimo. Hoy puedo decir con orgullo: soy de la UNAM.

Estoy profundamente agradecido con la Fundación UNAM por reconocer el esfuerzo de los alumnos egresados de esta gran universidad, como es mi caso. Considero que su labor es muy noble e importante, ya que a través de sus apoyos hacen posible que más y más estudiantes sigamos cumpliendo nuestros sueños.

1.er lugar Maestría. Premio Rotoplas-FUNAM 2021 1ª Edición

Fuente: www.eluniversal.com.mx

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