Imparte FUNAM taller sobre Pérdidas y Proceso de duelo

Enfrentarse a la muerte es algo inevitable y las personas experimentarán en algún momento de la vida. Sin embargo cada individuo vive esta etapa de manera distinta, algunos prefieren evadir el dolor que produce esta pérdida, para otros esta situación les resulta más difícil de superar.
“El duelo es una reacción natural ante la pérdida de un ser querido. Muchas personas permanecen atrapadas en la tristeza y el dolor. En vez de continuar con su vida y avanzar, se quedan en el funeral eterno y en el sufrimiento” asegura la tanatóloga Martha Patricia Vargas.
Cuando Mariana Hernández de 33 años perdió a su bebé en el parto -hace apenas un año y medio-, se vio sumida en un duelo que aún la mantiene en un constante sentimiento de culpa y tristeza.
“Que una madre tenga que enterrar a su hijo es algo inhumano, mi duelo ha sido muy sufrido. Al principio tuve un embarazo feliz, pero a las 42 semanas, al momento de dar a luz, mi bebé no pudo respirar. Quizá pude evitarlo llegando antes al hospital”, lamenta.
Este es sólo uno de los casos del grupo de 70 personas que acudieron al Taller Pérdidas y Proceso de Duelo, que la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS-UNAM) a través de Fundación UNAM, impartió en el Palacio de la Autonomía.
Con diversas dinámicas de reflexión, los especialistas en tanatología y psicología, Martha Patricia Vargas Pineda y Alfredo Vargas, explicaron la importancia del duelo para poder seguir adelante en la vida.
“Es importante que si sufrieron alguna pérdida se autoricen y se den permiso de sentir el dolor, que lloren lo que tengan que llorar. Pero también que identifiquen que si estos sentimientos afectan su vida cotidiana, es momento de que busquen ayuda” dijeron a los asistentes.
Los especialistas indican que el duelo no sólo se deriva de la muerte de un ser querido, también se vive con la pérdida de la salud, empleo, la muerte de una mascota, divorcios o incluso amputación de alguna parte del cuerpo.
El proceso de duelo -que dura en promedio dos años-, combina una serie de emociones como la negación, miedo, culpa o arrepentimiento, enojo, tristeza e insensibilidad, que cambian gradualmente con el tiempo hacia una aceptación de la pérdida.
En ocasiones el llanto puede ser una herramienta que sana en los primeros momentos de dolor, por lo que reprimirlo puede ser contraproducente.
También se puede buscar apoyo y comprensión en los seres queridos para obtener una perspectiva más amplia de lo sucedido y continuar de una mejor forma con las actividades diarias, si las circunstancias sobrepasan este proceso, es necesario acudir a un profesional.
Hay que recordar que toda crisis indica una evolución y mayor conocimiento de nosotros mismos, mientras que el dolor no perdurará eternamente siempre y cuando lo enfoquen a un sentimiento positivo.
Los fondos recaudados por el “Taller Pérdidas y Proceso de Duelo” serán destinados a los programas de Becas de Fundación UNAM.