Marguerite Yourcenar retrata personajes que padecen amores intensos o tortuosos

En su libro de cuentos Fuegos, Marguerite Yourcenar retrata personajes cuyo principal denominador común es padecer un amor intenso o tortuoso. Cada uno de los relatos está separado por pequeñas intervenciones poéticas referentes a la pasión amorosa.
“No hay amor desgraciado: sólo se posee, lo que no se posee. No hay amor feliz: lo que se posee, ya no se posee”.
Resulta interesante notar cómo muchos de los artículos presentes en este número hacen hincapié en el vínculo existente entre los sistemas sociales de poder y el amor, cuestión que se complica aún más cuando se añade el factor del deseo.
Nasheli Jiménez del Val, basándose en otros especialistas, escribe “el deseo se debe comenzar a desvincular de una retórica de la falta […] y, en cambio, se debe pensar en función de las relaciones de poder que el deseo engendra (‘de lo que se tiene voluntad-de-poseer’)”.
El amor sólo puede ser dichoso cuando está exento de juegos de poder y, por lo tanto, de posesión. Cabe resaltar que esto no significa que el deseo y el placer tengan una connotación peyorativa, por el contrario, en una entrevista con Mathieu Galey, Yourcenar declara que la forma más perfecta del amor es el Maithuna hindú, en el cual el amor, a través del placer, permite que el ego desaparezca y se funda con la energía cósmica que anima el mundo y la intimidad de los seres.
Ahora bien, qué hacer con el tercer tema que nos compete: la lujuria, ¿dónde podría estar clasificado?, ¿puede definirse realmente como un exceso de deseo?, ¿cuál es el límite que nos hace saber que ya ha sido demasiado?, ¿acaso está intrínsecamente vinculado con el sexo? Los invitamos a sumergirse en estas sugerentes páginas, las cuales nos invitan a hacernos más preguntas y cuestionarnos sobre temas tan íntimos y fundamentales para nuestras vidas.
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Fuente: Encuentros 2050