Proponen UNAM teoría sobre la formación de estrellas

Las estrellas de alta masa podrían formarse a partir de la fusión de estrellas de menor tamaño, así lo afirmaron científicos del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El investigador Luis Alberto Zapata González explica que el proceso de constitución de una estrella involucraría a dos o más estrellas jóvenes, las cuales llegan a ser hasta 30 veces más granes de que el Sol.
Señala que las estrellas masivas se formarían de una manera diferente a las estrellas de baja masa (mismas que van ganando masa de la absorción de gas y polvo). Además, el tiempo de formación varía. Mientras que las de baja masa tardan de 1 a 5 millones de años, las de alta masa se crean en 100 mil años.
“El problema es que las estrellas masivas se vuelven brillantes muy rápidamente, emiten muchísima luz, misma que evita que caiga material para que sigan creciendo”.
Lo anterior los ha llevado a preguntarse el cómo la masa de estas estrellas llega a ser tan grande, pues al ser luminosas en tan poco tiempo, no podrán seguir absorbiendo gas y polvo. Por ello, proponen que el nacimiento de las estrellas de alta masa es a partir de la fusión de estrellas más jóvenes y pequeñas.
“Están muy juntas unas de otras. Al estar tan aglutinadas la posibilidad de que se fusionen por su fuerza de gravedad es muy alta y así es como crece la estrella”.
Esta teoría es respaldada por las observaciones que los científicos realizaron utilizando los telescopios Submillimeter Array y Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array.
Zapata González destaca que podría existir otro mecanismo de formación, el cual les permitiría evitar el problema de la luz y así continuar con la absorción de material.
“En el universo hay una vasta cantidad de estrellas jóvenes parecidas al Sol, pero hay muchas más estrellas de más baja masa que el Sol, en cambio, las más masivas y grandes que el Sol son pocas”.
Las estrellas estudiadas por Zapata González y su equipo se encuentran a más de mil 276 años luz de la Tierra.
Fuente: DGCS, UNAM