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Universitarios crean suspensión con nanotecnología para combatir la diabetes

José Juan Escobar Chávez, responsable del Laboratorio 12 de Sistemas Transdérmicos y Materiales Nanoestructurados de la FES Cuautitlán y el investigador postdoctoral, Omar Rodrigo Guadarrama Escobar, desarrollaron una suspensión de nanopartículas para combatir la diabetes, resultando ser más efectiva que las tabletas tradicionales.

La suspensión de nanopartículas poliméricas con glibenclamida tiene como objetivo disminuir los efectos secundarios del fármaco comercial, mismo que provoca un incremento de dosis a largo plazo y poniendo en peligro la salud. Esto beneficiaría a los 12 millones 400,000 mexicanos que padecen diabetes, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021.

La glibenclamida es un medicamento que se utiliza para controlar el nivel de azúcar en la sangre de algunos tipos de diabetes, como el mellitus tipo II, siendo el más común en personas mayores de 60 años, aunque se puede presentar a cualquier otra edad.

Los expertos comentan que este tratamiento sigue en el mercado desde hace cinco décadas debido a su efectividad y que quienes lo usan, reciben como dosis inicial, alrededor de cinco miligramos diarios.

Sin embargo, este medicamento puede generar resistencia debido a malos hábitos alimenticios, por lo que se sube la dosis hasta llegar a los 20 o 25 miligramos al día, mencionó Guadarrama.

Prosigue explicando que tales aumentos, más una dieta inadecuada puede llevar al paciente a presentar cuadros de hipoglucemia; condición que se presenta cuando los niveles de glucosa están debajo de los 70 mg/dl y manifestándose mediante síntomas como: fatiga, sudoración, visión borrosa, mareos, somnolencia, infartos o daños neurológicos.

La suspensión de nanopartículas es de tamaño nanométrico, lo cual permite, con una cantidad cinco veces menor, obtener un efecto similar al de las tabletas tradicionales, expuso Escobar.

Detallan los universitarios que, para obtener la suspensión, es preciso mezclar una fase acuosa y una oleosa (en la que va la glibenclamida), en un agitador de alta velocidad, dando pie a una nanoemulsificación generadora de nanopartículas, posteriormente esto se pasa a un evaporador para retirar el etanol agregado en la fase oleosa.

Dicha presentación da a los pacientes mayor control de su enfermedad, ya que podrían administrarla con un dosificador por ser líquida; además, sería más accesible, pues su proceso de elaboración es simple y reproducible.

La suspensión disminuiría los efectos adversos y por su tamaño nanométrico, actuaría de forma más rápida sobre el páncreas, explica Guadarrama.

Hoy se encuentra en proceso de patente y hay al menos una farmacéutica interesada en el proyecto.

Fuente: Gaceta UNAM

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