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OFUNAM reconoce labor de sus mujeres artistas

La Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM) en su aniversario 87 y en el marco del Día Internacional de la Mujer, buscan reconocer la labor de tres de sus integrantes a través de entrevistas contando su experiencia:

  • Janet Paulus.

Arpista de la OFUNAM, ha compartido algunos retos propios de su instrumento; como que el arpa no se toca con todos los dedos de la mano, ya que los dedos meñiques no tienen la longitud ni la fuerza para tocar.

 “Es agradable tocar en una orquesta, porque como instrumentistas siempre estamos solos tocando en casa, y el arpa especialmente no se toca con acompañamiento. Poder tocar en conjunto me da muchísima satisfacción”.

  • Patricia Hernández.

Violista en la OFUNAM; comenzó a tocar el violín desde niña, siguiendo los pasos de su padre, que era violinista.

“La OFUNAM es mi forma de vida. Es donde me desarrollé personalmente y profesionalmente. Es como mi segunda casa”.

Ante la pregunta de qué obra le ha emocionado más, respondió que un momento muy estimulante fue haber interpretado la Sinfonía Turangalîla de Olivier Messiaen al frente de la sección de violas.

  • Alethia Lozano.

La flautista principal de la OFUNAM, tiene una historia muy distinta de su primer encuentro con la música y la orquesta.

Encontré la música clásica por mi cuenta, me la pasaba buscando en esas radios de botones, y de pronto me detenía en las estaciones de música clásica. Le comentaba a mis padres: ‘¡Qué bonita es la música sin cantar!’.

Al ver su interés, sus padres comenzaron a llevarla a conciertos sinfónicos, específicamente a la Sala Nezahualcóyotl, a escuchar a la OFUNAM. Fue en esta misma sala que Alethia se visualizó por primera vez en el escenario, tocando profesionalmente.

Recuerda un momento que la marcó durante su carrera en la OFUNAM. Estaban de gira en Italia, y los organizadores anfitriones decidieron promocionar a la orquesta como “Orquesta Filarmónica de México UNAM”, para que los espectadores no pensaran que era una orquesta estudiantil.

Pero la orquesta fue duramente cuestionada, como si estuvieran negando su pertenencia a la universidad.

Cuando comenzamos a tocar había algo absolutamente electrizante, un magnetismo. Todos tocamos en nuestro mejor nivel, sentimos una conexión, una energía, una pasión en el escenario. Y se notó en el público, nos dieron una ovación de pie, nos pidieron otra, fue un éxito absoluto. Fue una experiencia maravillosa que nos transformó.

En ese ambiente, aquella noche presentaron un concierto desde un deseo de refrendar su identidad y su entrega con la UNAM.

Fuente: UNAM Global

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