¡Cuidado con los alimentos contaminados!

Las enfermedades gastrointestinales son una de las causas de consulta médica más frecuentes en nuestro país y, por lo general, son ocasionadas por el consumo de alimentos contaminados.
Juan Manuel Díaz Álvarez, profesor de la Facultad de Química de la UNAM señala que en la mayoría de los casos, dicha contaminación no proviene de las materias primas que se utilizan sino de quien se encarga de su preparación.
“No se puede picar en una tabla de picar el pollo crudo y luego picar lo demás porque estás haciendo contaminación cruzada. Son cosas que se deberían de enseñar desde niños. No se pone un pollo crudo o carne cruda y se corta con un cuchillo que luego se va a usar para picar la lechuga. Puedes ocasionar una salmonelosis a toda la familia”.
De acuerdo con el especialista de la UNAM, la contaminación de alimentos no nada más puede ocurrir en casa. De hecho, los productos procesados también representan un riesgo debido a que son susceptibles al crecimiento de bacterias, en especial si han sido expuestos a altas temperaturas.
“Entonces lo que hay que buscar es que estén refrigerados y que además provenga de un fuente en donde uno tenga razones para suponer que se puso el cuidado debido en el manejo, en la formulación de los ingredientes y en el proceso de elaboración”.
En este sentido, advierte que uno de los principales peligros es la presencia de Clostridium, bacteria responsable cuadros intestinales como la diarrea o la colitis.
El también especialista en Química de Alimentos señala que, incluso los productos artesanales representan cierto riesgo, debido a su preparación improvisada, sobre todo tratándose de carnes curadas o embutidos.
“Nosotros no estamos en contra de las micro o pequeñas empresas de alimentos. Al contrario, creemos que necesitamos fomentarlas porque son una fuente de empleo, de impuestos y de riqueza. Pero si creo que lo artesanal, frecuentemente, se toma muchas licencias”.
Por todo lo anterior, el Maestro Díaz Álvarez, puntualiza que la mejor forma de prevenir cualquier enfermedad es poner atención a la calidad de los productos; así como en la higiene de los utensilios y los sitios donde se realiza la preparación de los alimentos.
Autor: Fundación UNAM