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El no dormir las horas adecuadas puede provocar un deterioro significativo en la salud física y mental

Ulises Jiménez Correa, maestro en Psicobiología por la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, comentó que una mala calidad del sueño puede provocar síntomas diurnos asociados, somnolencia y cansancio, por lo que dormir no debería de verse como una pérdida de tiempo, si no como una necesidad básica que debemos cumplir.

El también investigador adscrito de la Clínica de Trastornos del Sueño (CTS), menciona que el dormir las horas adecuadas nos ayuda a consolidar la memoria, el aprendizaje, estar de mejor ánimo, controlar la tensión, tener un buen nivel de alerta durante el día, condición para evitar accidentes de cualquier tipo, entre otros beneficios para la salud.

Es tan importante que también ayuda a contar con un mejor sistema inmune, y prevenir las principales causas de muerte que hoy se identifican con diabetes, hipertensión, evento cerebrovascular y algunos tipos de cáncer, resaltó.

El académico menciona que la pandemia vino a modificar nuestra manera de dormir, haciendo que la gente se levantara y acostara un poco más tarde; desfasando el ciclo de sueño. Con el confinamiento no solo los ciclos de sueño se vieron afectados, ya que también se presentó una disminución de la actividad física, haciendo que muchas personas subieran de peso y provocando la prevalencia del ronquido.

Refirió que todos estamos en riesgo de dormir mal por diferentes factores propios a cada grupo de edad.

  • Los niños y adolescentes por el sobreuso de dispositivos electrónicos, uno de los principales factores que les atrasan la fase de sueño, provocando que disminuya el sueño profundo.
  • En los adultos; ahora que volvimos a las actividades presenciales se retomó el síndrome del sueño insuficiente, que consiste en estar privados de dormir de manera voluntaria debido a “levantarse temprano para hacer dicha actividad”.
  • Con los adultos mayores se presenta el tema de enfermedades, consumo de medicamentos, aunado a menor necesidad de dormir, incrementando la prevalencia del insomnio.

Con esto en mente, el panorama se complica cuando se agregan indicios de ansiedad y depresión.

En investigaciones, se ha encontrado que las personas que padecen periodos de ansiedad o estrés recurrente o desde la infancia hacen referencia a un grupo de trastornos del sueño llamados “Parasomnias”, vinculadas a los comportamientos y conductas que tenemos al dormir, de las más conocidas son: sonambulismo, terrores nocturnos, conductas violentas y/o sexual (sexomnia).

Si durante el día estamos ansiosos, estamos deprimidos, en la noche vamos a dormir mal, este círculo disfuncional es parte de la realidad de muchos de nosotros, y se requiere buscar atención no solo en el área de salud mental, sino en el área de trastornos del sueño, alertó.

Ulises Jiménez informó que se puede solicitar una cita vía digital para atención en la CTS –ubicada en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, dando click aquí https://clinicadelsueno.facmed.unam.mx/

 Fuente: Dirección General de Comunicación Social

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