¿El ser humano podrá ser capaz de regenerar extremidades?
El investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Jesús Chimal Monroy, está estudiando los mecanismos con los que se regeneran las extremidades para saber si los humanos podrían

El investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, Jesús Chimal Monroy, está interesado en conocer los mecanismos con los que se regeneran las extremidades, así como lo que ocurre con los anfibios; principalmente con los ajolotes y otras salamandras.
Explica en uno de sus modelos que hay algunas moléculas que regulan el desarrollo embrionario y que es interesante estudiarlas durante su regeneración. Entre éstas destaca el ácido retinoico, un derivado de la vitamina A.
Esta molécula es de gran interés, porque al tratar con ácido retinoico a los ajolotes con alguna parte de su extremidad amputada ésta se regenera completa a partir del sitio de la amputación, sin importar donde se haga el corte. A este fenómeno se le llama duplicación próximo-distal de la extremidad.
Estudiamos el proceso de formación de los dedos durante el desarrollo de las extremidades y cómo éstas se regeneran. Para entenderlo, trabajo con los embriones de pollo y del ajolote, del que se puede ver directamente cómo se forman las estructuras, señaló.
Los animales obtienen el ácido retinoico a través de la dieta, principalmente de la zanahoria, betabel; así como muchas frutas naranjas y amarillas. Comenta que los patrones están presentes en todos los organismos, su objetivo es saber cómo se forman durante el desarrollo embrionario y la regeneración.
Existe evidencia de que el humano de uno a cuatro años puede regenerar la punta del dedo, sólo si la amputación ocurre a nivel de la uña. Por lo tanto, si se logra entender cómo un ajolote se regenera, tal vez podamos comprender por qué un humano no lo hace.
En un artículo de la Gaceta Biomédicas, publicación del IIBO, Chimal y su colaboradora, Jessica Cristina Marín Llera, siguen una línea de investigación que consiste en estudiar estos procesos, utilizan distintas técnicas para conocer su efecto en el desarrollo de las extremidades.
Una de las metodologías que realizan en el laboratorio, es la técnica de extremidades recombinantes; un modelo experimental que permite estudiar el proceso de diferenciación celular y la generación de patrones bajo señales embrionarias. Este modelo imita un entorno in vivo, es decir, recrea lo que sucede normalmente en el embrión.
Con los modelos del ajolote, pollo y ratón, y el apoyo de técnicas moleculares, celulares y manipulaciones in vivo, los investigadores se acercan cada vez más a la comprensión de la formación de las extremidades, estructuras muy complejas que se han ido adaptando a través de la evolución.
Fuente: Gaceta UNAM