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Síndrome post-COVID: las secuelas del SARS-CoV-2

A finales de 2019 en una provincia de China comenzó a propagarse el COVID-19, un potente virus –SARS-CoV-2- que desde entonces provocó una pandemia, ha pasado ya por varias mutaciones, ha contagiado a millones de personas a nivel mundial, y en México –hasta septiembre de 2021- ha terminado con la vida de 240 906 habitantes.

Durante estos casi dos años el personal médico y científicos han descubierto que dicho virus es capaz de dejar secuelas que pueden afectar la calidad de vida de los que sí han logrado recuperarse, que según reportes en México representa un 80% de la población que ha resultado contagiada.

Aunque desde el principio se detectó que existen unos factores de riesgos más importantes para padecer la forma más grave y mortal de COVID-19, como hipertensión arterial, diabetes u obesidad, con el tiempo han surgido otros como la edad avanzada, incluso, ya se sabe de casos graves entre adolescentes y niños.

Desgraciadamente gran porcentaje de la población mexicana padece alguna de estas enfermedades; una de cada cuatro personas en el país tiene sobrepeso, y con frecuencia la mayoría de estos pacientes también presenta hipertensión arterial y diabetes mellitus, por lo que no sería sorprendente que siguieran los contagios y secuelas en el país.

El virus SARS-CoV-2 es capaz de afectar los pulmones, riñones, arterias, corazón, cerebro e intestinos, y es por esta capacidad de infección es que se puede presentar una gran variedad de síntomas, y por lo tanto, de secuelas. En personas con mayor vulnerabilidad los síntomas más comunes son dolor de garganta y cabeza, diarrea, tos seca, fiebre, dolores musculares, cansancio extremo y la pérdida total o parcial del gusto y olfato. La gravedad de todos dependerá de los órganos afectados.

Entre los daños más frecuentas por COVID-19 está la obstrucción de vasos sanguíneos; la sangre tiende a coagularse provocando un aumento anormal en los niveles de moléculas que provocan inflamación. Además, se presenta una respuesta inmunitaria excesiva; al acudir en tropel células del sistema inmunitario a los pulmones provocan en ellos una inflamación desbocada. Dichas células responden así a las señales de las células invadidas por el virus. Estas señales se componen de moléculas conocidas como citocinas, que a su vez atraen más células inflamatorias al sitio de infección, produciendo aún más de estas moléculas en lo que se conoce como “tormenta de citocinas” que agrava los síntomas.

Con el tiempo, y gracias a las investigaciones clínicas, se ha detectado que las secuelas por COVID-19 también se deben a la inflamación. A este cuadro de síntomas se le conoce como síndrome post-COVID y pueden durar hasta tres semanas después del diagnóstico de la enfermedad. Se estima que éste se presenta en hasta el 35% de los casos, pero puede alcanzar hasta un 85 o 90% en los pacientes que tuvieron que ser hospitalizados, es decir, 9 de cada 10 pacientes graves padecen secuelas.

Entre los síntomas característicos de este síndrome está la falta de aire, pérdida de olfato y gusto, dolor de pecho, colesterol alto, presión alta, y algunos neurológicos como alteraciones de la memoria y comportamiento, trastornos del sueño, debilidad, entumecimiento y dolor de cuerpo. Incluso, podría también haber daños en órganos.

Uno de los síntomas mayormente reportado en el síndrome post-COVID es la fatiga hasta siete meses después del inicio de la enfermedad. La explicación a esto está en el estrés oxidativo, la inflamación leve y la alteración en la generación de proteínas de choque térmico, un grupo de proteínas que producen nuestras células para contender con situaciones de estrés.

En cuanto a la pérdida del gusto y olfato, para algunos es un síntoma que puede durar un mes, pero en otros incluso tarda hasta seis meses. Este daño está relacionado a las neuronas del epitelio olfatorio. Se han reportado casos en los que aunque se recuperan ambos sentidos sí hay una modificación en la percepción de los olores y sabores.

Las secuelas respiratorias y físicas suelen ser las más persistentes; al menos un 40% de los sobrevivientes al virus que experimentaron falta de aire, mantienen este síntoma por lo menos cuatro meses después del inicio de la enfermedad; el 22% sufren de dolor de pecho, y ambas secuelas se relacionan con el daño pulmonar residual e impactan considerablemente la calidad de vida de los pacientes.

Otras de las células que pueden resultar afectadas son las neuronas y cerebro, ambas células clave para procesar la información sensorial que recibimos del medio ambiente, formar recuerdos, controlar el movimiento del cuerpo y el funcionamiento del sistema nervioso central. Razón por la cual los síntomas son ansiedad, falta de concentración, problemas con la memoria, etc.

Hasta el 74% de los pacientes que necesitaron ventilación mecánica durante la fase aguda de su enfermedad han presentados un deterioro cognitivo, que si bien no es incapacitante se desconoce si es transitorio o progresivo.

Así mismo, como parte del proceso inflamatorio un .5% están presentando el síndrome de Guillain-Barré, en el cual nuestro propio sistema inmune ataca componentes de los axones provocando desde debilidad muscular hasta una parálisis o la afectación del bulbo raquídeo, sitio de integración de procesos vitales como los latidos del corazón y el control de la respiración.

Otro daño a nivel neuronal es la inflamación de los vasos sanguíneos del cerebro que culmina en la obstrucción de las arterias, derivando así una trombosis o hemorragias cerebrales que interrumpen el flujo de oxígeno cerebral matando así a las neuronas en las regiones afectadas. Situación que tiene consecuencias graves.

Hasta el momento no son muchas las personas que han presentado estas secuelas, según los datos disponibles se estima que son al menos un 10% de los pacientes recuperados, sin embargo es una cifra que puede estar subestimada por todos aquellos casos que no se diagnosticaron de manera formal.

Con el paso de los meses cada vez hay más datos para poder identificar mejor a los pacientes con síndrome post-COVID y darles así un correcto tratamiento, o incluso prevenirlo. Sin duda, se trata de una enfermedad que nos ha venido a retar a todos, pero más al personal médico que ha tenido que trabajar y entender conforme a la marcha a este complejo virus.

Es importante que todos pongamos de nuestra parte en la lucha contra el SARS-CoV-2. Hemos confirmado que necesitamos mantener buenos hábitos y un estilo de vida saludable que nos permita hacernos resistentes a las enfermedades. Además, es medular entender que aún no ha terminado la pandemia, por lo que es necesario seguir evitando los contagios lo más posible.

FUENTE: ¿CÓMO VES?

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  1. Gracias por la información, es bueno saber el que sucede después de la enfermedad para buscar cuidarnos y realizarnos estudios para saber si esta enfermedad nos deja algún daño y atender adecuadamente el problema.

  2. HÉCTOR VEGA HERRERA dice:

    Gracias por la información, en mi familia somos varios pacientes post COVID y nos sirve de mucho tener este tipo de artículos de calidad, en este momento uno de mis hermanos se encuentra hospitalizado y esperamos en casa que se sobreponga a la enfermedad y no pasar de nuevo por la experiencia de enfrentar una pérdida irreparable como ya lo sufrimos.

  3. Buenas tardes A mi esposa le quedaron secuelas post Covitt cerebrales ,un especialista neurólogo le diagnosticó la secuelas pos Covitt en el cerebro a ella le duele todo el cuerpo y no se le quitan los dolores con ningún medicamento ,tiene que tomar pastillas para dormir ya que no concilia el sueño ,habla mucho dormida y al día siguiente no recuerda algunas cosas que se le preguntan, Se fatiga mucho a veces se ve un poco normal y de repente se ve muy débil y Y pierde el equilibrio tiene uno que ayudarle a caminar, ella padecía anteriormente de fibromialgia y pensamos que eso era lo que tenía que se le estaba complicando y todos los síntomas son igual a la fibromialgia ,todo se le agudizó y sobretodo que el dolor no se le quitaQué se puede hacer en este caso con qué especialista se le puede llevar ,que se le puede atender esta enfermedad No sé si ustedes puedan ayudarnos de verdad se los agradeceríamos mucho a sido mucho andar con doctores estudios y es muy pesado todo esto tanto para ella como para la familia si me pudieran orientar que hacer se los agradecería mucho Ella está sufriendo mucho incluso a veces comento en quitarse la vida que ya no quiere vivir se deprime mucho, claro nosotros la cuidamos pero si es que de repente comenta eso ,el doctor dijo que tenía dañado el cerebro que habían secuelas en sistema nervioso periférico y central El doctor le mandó hacer unos estudios para ver qué tanto era el daño que tenía en su cerebro pero por falta económica no se le ha podido hacer son cuatro estudios que le faltan realizarse y estamos en espera de poder hacérselos ustedes como fundación no sé qué tanto puedan ayudarme con información o cómo puedan con lo que se pueda muchas gracias por su atención y espero y pudiéramos hacer algo por mi esposa ya que ella está sufriendo mucho Gracias por su atención.

    1. Fundación UNAM dice:

      Hola, Calín- Lamentamos no poder apoyarte, te sugerimos acudir con algún especialista en neurología.

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