Pensar el ritmo de vida a través de la filosofía
Con motivo del Día Mundial de la Filosofía, investigadores del Instituto de Investigaciones Filosóficas saben que la “nueva normalidad” requiere de filosofía para seguir adelante con actividades presenciales, con la reorganización de conceptos para el mundo en el que vivimos y la necesidad de

Con motivo del Día Mundial de la Filosofía, investigadores del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs) saben que la “nueva normalidad” requiere de filosofía para seguir adelante con actividades presenciales, con la reorganización de conceptos para el mundo en el que vivimos y la necesidad de proponer políticas públicas que actúen en beneficio de la sociedad.
Para ello, el especialista en Filosofía de la mente, Abraham Sapiencial Córdoba, reflexiona sobre la indeterminación, así como la incertidumbre de lo que pasará, pues en sus palabras, se debe reflexionar sobre estos temas puesto que las herramientas y conceptos filosóficos actuales nos ayudan a dar claridad sobre la condición en que estamos, cómo entender la situación, planear y las mejores formas de organización para superar lo que estamos viviendo.
El investigador, quien realizó una estancia posdoctoral en el IIFs, añade que las personas dedicadas a la filosofía, como en la antigua Grecia, pueden ayudar a pensar de manera colectiva cómo mejorar la organización social, lo que hay que hacer, a dónde se desea llegar, cómo queremos que se vea el futuro cercano y qué acciones hay que tomar para ello, dadas las condiciones reales en las que nos encontramos.
Sapién Córdoba destaca que actualmente, aun en la nueva normalidad, la sociedad se encuentra en un estado muy peculiar, pues antes de la pandemia la sociedad vivía en un constante aceleramiento de ideas y ritmo de vida, pero la Covid-19 dejó todo y a todos en una especie de suspensión en la que aún hay indefiniciones sobre nuestro comportamiento y forma de actuar.
El mundo se detuvo. Se hizo una gran pausa, en la que para unos hubo una suspensión total de las actividades y para otros, como en el sector salud, se presentó una aceleración del trabajo ante la emergencia de atender a las personas afectadas. Ahora es necesario explorar qué queremos que pase, cómo actuar en la nueva normalidad, qué cambios debemos y queremos hacer, así como planear de manera inteligente cómo llegar ahí, explica.
Para Sapién Córdoba el horizonte común es lo más difícil, pero lo que sí se puede hacer es establecer categorías claras, pensar de manera elegante y colectiva sobre lo que está pasando, cómo queremos que suceda y cómo llegar del punto A al B, en el que obviamente hay que pasar por múltiples etapas que requieren ser calculadas y sopesadas.
Fuente: Gaceta UNAM