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Al menos 100 especies de libélulas están en peligro de extinción

De las 360 especies de libélulas que existen en el país, aproximadamente 100 están cerca de la extinción, advirtió Alejandro Córdoba Aguilar, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.

Mencionó que de las registradas, se desconoce cuántas ya desaparecieron, en parte porque los muestreos disponibles están incompletos. Si se analizan los datos de algunos sitios en donde la información es más detallada, y que han sido muy dañados, como el sur de Veracruz, la pérdida podría ser de hasta 50 o 60 por ciento de las especies, añadió el estudioso de la ecología de los insectos.

Entre los años 2000 y 2014, el científico y sus colaboradores descubrieron que se registró un cambio en la composición de las comunidades de esos insectos, ello, con base en el análisis de registros de recolectas de odonatos (libélulas y caballitos del diablo).

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Por ejemplo, algunas especies se mueven de Centroamérica a México, pero en cambio destaca la pérdida de otras. La implicación de esta situación no es sólo en detrimentos de esos “bichos”, sino que conlleva la merma de recursos naturales y del acceso al agua para la gente, advirtió el científico.

Aclaró que las verdaderas libélulas y caballitos del diablo, viven asociados a ríos, lagos, lagunas y casi cualquier cuerpo de agua no salada, en donde depositan sus huevos; las larvas los habitan días o hasta meses, para después transformarse en adultos y volar. Por ello, apuntó, es importante saber no sólo cuántas existen, sino cuántas están en peligro.

Córdoba y su equipo hicieron un estudio a nivel nacional mediante una correlación de cómo a lo largo del tiempo ha cambiado la diversidad y abundancia de las libélulas, en relación con las transformaciones en los cuerpos agua y el uso de suelo.

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El estudio del especialista muestra que las especies de odonatos son clave en sus ambientes y proveen estabilidad en la comunidad.

En sus ambientes, las libélulas son depredadoras de otros insectos de menor talla, sobre todo se alimentan de mosquitos. En hábitats acuáticos transformados “hemos visto que hay menos libélulas y eso hace que su eficiencia para controlar poblaciones de mosquitos disminuya, por lo que la gente se enferma en mayor proporción por los patógenos virales que portan y que originan dengue o zica, por ejemplo”.

De no corregirse la situación, “cada vez tendremos menos especies y cuerpos de agua, y más afecciones ocasionadas por mosquitos. El panorama no es alentador”.

Fuente: Dirección General de Comunicación Social de la UNAM 

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