Por el rescate de la guacamaya roja

Para las culturas maya y azteca, la guacamaya roja era un animal sagrado, por lo que era venerado y cuidado. Desafortunadamente, en la actualidad, esta ave se encuentra en peligro de extinción.
Con la finalidad de evitar su desaparición, el Instituto de Biología, las facultades de Ciencias y de Medicina Veterinaria y Zootecnia; así como la Universidad Veracruzana, desde hace algunos años impulsan un proyecto de liberación y vigilancia de esta especie en la región de Los Tuxtlas, en el estado de Veracruz.
La Doctora Patricia Escalante del Laboratorio de Genética de la Conservación y Colección Nacional de Aves, y cabeza de esta iniciativa, señala que se trata de un proyecto que comenzó a gestarse hace ya más de 20 años.
“Existe una colonia en cautiverio en el Parque Ecológico Xcaret. Comenzaron a reproducir a la especie en cautiverio. No obstante, en cautiverio es solamente un seguro pues cambia la conducta y se vuelven una especie de mascota o animales amaestrados, completamente dependientes del hombre”.
La especialista del Instituto de Biología explica que el primer paso para lograr una liberación exitosa, era que los ejemplares pasaran pruebas genéticas y de salud.
Una vez cumplido este requisito, en 2014 fueron liberadas 56 guacamayas rojas, de las cuales sobrevivieron en forma silvestre 43 ejemplares. Mientras que en el mes de julio pasado fueron liberadas 29 aves más.
“Nuestra meta, es llegar a 500 guacamayas. En 2013 tuvimos que construir un aviario de pre liberación pero ya en 2014 recibimos el primer grupo. Posteriormente, en diciembre recibimos el segundo”.
La Doctora Escalante señala que este programa de rescate tiene buenas perspectivas a futuro, pues la mayoría de las aves han sido capaces de obtener su propio alimento. Asimismo, destaca que lo más importante es garantizar el poco contacto humano, lo cual permitiría una mejor adaptación a la vida salvaje.
La guacamaya roja, otra víctima del hombre
La guacamaya roja es una especie que vive principalmente en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Colombia y México, y el peligro de extinción se debe principalmente a la pérdida de su hábitat.
“El otro problema ha sido el saqueo de pichones para el mercado de mascotas. A la gente les gustan pero después ya no las soportan y se deshacen de ellas. De 8 guacamayas que entran al mercado ilegal, solamente una sobrevive”.
En este sentido, la especialista destaca que en nuestro país es considerado delito grave su comercialización, misma que es castigada con 15 años de cárcel. Pese a ello, puntualiza, es necesario que la población sea consiente de este problema y las graves consecuencias que significaría su extinción.
Fuente: DGCS, UNAM