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Las epidemias, sus amenazas e innovaciones

Aunque para muchos el COVID-19 es su primera experiencia ante una epidemia, la realidad es que la historia –a nivel mundial- relata la llegada de distintas enfermedades que han terminado con millones de vidas que no tenían inmunidad ante los agentes que las presentaban, sin embargo, también estas epidemias han permitido grandes avances médicos.

A través de una conversación organizada por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el investigador David René Romero Camarena, del Centro de Ciencias Genómicas  (CCG) de la UNAM, aseguró que las 19 pandemias que registra la historia han aportado información importante en el campo científico, tecnológico y médico.

Dichos avances no sólo han permitido entender muchos comportamientos virales, sino también la creación de vacunas.

“En efecto, se han generado muchos avances a partir del estudio de enfermedades infecciosas y epidemias y cómo prevenirlas, empezando por el desarrollo de vacunas desde finales del siglo XVIII, cuando prácticamente no se sabía nada respecto de los mecanismos de inmunidad”, aseguró Romero Camarena.

De esta misma forma, comentó que los primeros que ayudaron a conocer y saber cómo neutralizar los agentes que causaban las infecciones, fueron los trabajos de Louis Pasteur y Robert Koch a finales del siglo XIX, lo cual funcionó en el siglo XX para la elaboración de vacunas con los componentes exteriores de las bacterias.

Otro personaje importante en estos avances epidemiológicos y de salud pública, fue el británico John Snow, a través de su trabajo realizado en 1854, en la epidemia que cruzó Londres de cólera durante 1846 y 1860, en el cual afirmó que el agente causal eran gérmenes contenidos en el agua que bebía la población en la zona afectada. Información que permitió tomar medidas al respecto y disminuir así los contagios.

A pesar de que este tipo de infecciones virales -y altamente contagiosas- cobran muchas vidas, la realidad es que también han permitido ampliar el conocimiento sobre enfermedades y sus curas, y no ha sido la excepción con el virus SARS-CoV-2, que hasta el momento se sabe tiene una proteína de espiga en su superficie que podría aprovecharse para producir vacunas, al inducir inmunización.

“El estudio de enfermedades infecciosas motivado por epidemias ha abierto muchos campos de investigación, como la bacteriología, la virología, la salud pública, la producción de vacunas y más recientemente el desarrollo de técnicas de microscopía electrónica, genómica y biología molecular”, recalcó Romero Camarena.

Fuente: Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus

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