Piden académicos desarrollar protocolos de emergencia

Tras la emergencia por los sismos ocurridos en el mes de septiembre, Javier Delgado, del Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC) de la UNAM, expuso que hay que darle sentido a la inmediatez y lograr que no se diluyan los apoyos logrados con las nuevas tecnologías, pues las redes sociales rompieron con lo territorial.
Asimismo, sugirió el desarrollo y puesta en marcha de un protocolo de emergencia e intensificar los procesos de rendición de cuentas desde la sociedad.
A su vez, Marcela Meneses, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, también reiteró que el reto es que no se diluya la participación social, que la gente se organice y se empodere.
Margarita Favela, del CEIICH, expuso que a diferencia del terremoto de 1985, cuando hubo una participación inédita de grupos vecinales, luego del sismo de 2017 los grupos están atomizados ante una especulación inmobiliaria avasalladora.
Margarita Velázquez, directora del CRIM, documentó que de 369 muertos, hubo dos mujeres por cada hombre, y que muchas de las fallecidas fueron trabajadoras domésticas y empleadas de maquila en una fábrica textil.
“Desastres como éste muestran lo desigual de la sociedad. La reconstrucción no debe ser física, hay que construir una sociedad diferente”.
Virginia García Acosta, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), señaló que el terremoto de 1985 fue un detonador de investigación y que desde entonces ha documentado la información histórica de los sismos en México.
Asimismo, destacó la importancia de la información cualitativa que ofrecen los catálogos históricos, porque estudian el fenómeno histórico-social del riesgo, permiten estudios comparativos y tener “secuelas fecundas” en la labor de investigación.
Fuente: DGCS, UNAM