
La falta de detección temprana es el principal problema del cáncer de mama en México. Además, influye la ausencia de marcadores para distinguir a las pacientes que responden a los tratamientos convencionales y a las que no lo hacen.
Para desarrollar biomarcadores tempranos e identificar nuevos blancos terapéuticos, Alejandro Zentella Dehesa y Alfonso León del Río, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, laboran en una nueva estrategia denominada investigación traslacional, en la que científicos básicos y médicos clínicos comparten métodos aplicados a pacientes. El objetivo es conocer más a fondo el cáncer de mama y mejorar la asistencia médica.
En México mueren 10 mujeres al día a causa del cáncer de mama. Esta cifra se debe a que la mayoría de las veces las detecciones son tardías, cuando la enfermedad está muy avanzada y hace metástasis en órganos vitales como pulmón, hígado y cerebro, y en huesos.
Asimismo, en México hay dos grupos que necesitan atención especial: las mujeres con este padecimiento antes de los 45 años, y un creciente grupo de pacientes crónicas.
El Programa de Investigación de Cáncer de Mama del IIBm, con cuatro años en funciones, ha logrado avances relevantes, como la caracterización molecular y funcional de nuevos marcadores tumorales para el pronóstico y selección del tratamiento.
También, la identificación de los mecanismos responsables del efecto antiapoptótico, es decir, aquel que previene la apoptosis o muerte celular programada, y por tanto induce el desarrollo de tumores.
León del Río destacó que la edad, la obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad. Y si bien la detección primaria es fundamental, reconoció que en el país hay una cobertura médica real de sólo 35% y apenas hay 300 científicos especialistas en imagen para hacer mamografía. Por ello, la autoexploración y la vigilancia constante son muy importantes.
Fuente: Dirección General de Comunicación Social, UNAM