¿Puede el lenguaje ser un reflejo de una sociedad machista?

El denominado lenguaje inclusivo ha sido una herramienta para el movimiento feminista en su lucha de género, sin embargo, para muchos es un lenguaje destinado al fracaso, ya que como menciona Concepción Company, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, “el lenguaje inclusivo está restringido al ámbito de las feministas y al ámbito de los políticos; es decir, no refleja la lengua española cotidiana.”
Aunque sí existe un desdoblamiento léxico dentro de la lengua española que permite expresar los dos géneros en algunos sustantivos, aplicar este mismo en todo el lenguaje oral y escrito no sólo es artificial, sino ajeno al funcionamiento de los patrones estructurales de la lengua española, expresó la experta.
Aunque el lenguaje es simbólico y permite comunicarnos, no refleja si una sociedad es machista o no. Incluso, muchas veces tiene que ver con una “economía del lenguaje” que permite la simplificación de la lengua, y si bien decir “las y los” es totalmente antiecomómico, ya que decir “los” puede encerrar a ambos géneros, actualmente se pone en práctica el desdoblamiento léxico (no siempre bien usado) por una cuestión de presión social y cultural.
“La mayoría de las seis mil lenguas del mundo carecen de género y se hablan en sociedades machistas. En cuanto a la lengua española, tiene género masculino, género femenino y género neutro, lo cual es una rareza, pero eso no significa que la sociedad mexicana no padezca igualmente un machismo que asusta y que se manifiesta mediante los feminicidios de todos los días, la sordera de los políticos frente a las demandas de las mujeres y la exclusión y discriminación de éstas en los espacios sociales, laborales, oficiales… La lengua no se relaciona necesariamente con el machismo. Estamos confundiendo la gimnasia con la magnesia.”
Para la filóloga, abordar la desigualdad de género a través del lenguaje inclusivo es tratar el problema del machismo de manera superficial, cuando realmente lo que se debería de atender es la violencia contra las mujeres y su exclusión y discriminación.
Por su parte, la investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, Hortensia Moreno, considera que el lenguaje sí es capaz de reflejar prejuicios, machismos, estereotipos sociales, valores y autoritarismo, ya que es el vehículo que llevado todo lo que ocurre en la vida humana y que puede ser expresado.
“El lenguaje inclusivo no es un problema lingüístico, sino un posicionamiento político, una declaración retórica de una toma de postura con respecto a la situación de las mujeres en el mundo. Nadie pretende que un día todos los humanos lo hablemos. En este momento se trata de una intervención política cuya intención es llamar la atención sobre la situación de violencia, exclusión y desigualdad que vivimos la mayoría de las mujeres. Representa una pequeña insurrección con una cualidad altisonante. No tiene que ser bonito ni aceptado por la Real Academia Española, porque es un lenguaje de insurrección que marca un descontento, una incomodidad social cada vez más extendida.”
Para Moreno, muchas veces la economía del lenguaje hace que la comunicación sea más abundante y complicada, a diferencia del lenguaje inclusivo, que puede tener más capacidad expresiva sin dejar de ser económico o sintético, sobre todo en el lenguaje escrito cuando se puede recurrir a palabras como todes, todxs o tod@s.
En 2018 una editorial española decidió sacar una versión feminista, y con lenguaje inclusivo, de la obra El Principito del escritor francés Antoine de Saint-Exupery, llamada La Principesa, a lo que ambas investigadoras externaron las siguientes opiniones.
“La principesa es un experimento literario y, en ese sentido, es válido. ¿De qué dependerá que vuelva a sacarse otra edición de este libro para que sea leído por más personas? Yo creo que ni siquiera de la lucha feminista, sino de las ventas que tenga, porque ninguna editorial le apuesta a un libro que no se vende”, comentó Company.
“Sin duda es válido haber sacado una versión feminista y con lenguaje inclusivo de El principito. Lo que vemos con esto es que se puede escribir de diversas maneras y que, al ser muy reproducido, el lenguaje estándar invisibiliza una enorme cantidad de recursos y de acervos lingüísticos que están presentes en muchos medios. Es decir, el hecho de que reconozcamos que hay una forma de comunicación apropiada para el espacio público no significa que desconozcamos que hay otras formas de comunicación populares o literarias que no se ajustan a la normatividad de aquélla, lo cual no es una pérdida, sino una ganancia, un enriquecimiento de todas las formas expresivas”, señaló Moreno.
FUENTE: GACETA UNAM
Considero que el buen uso del lenguaje cualquiera que este sea, que ha sido utilizado durante siglos, NO es un lenguaje Machista, sino simplemente el conservar la belleza del idioma, es como si quisiéramos cambiar la poesía escrita que hace un uso artístico del lenguaje porque no refleja la realidad, sería un verdadero crimen.
Soy ingeniero, no lingüista, por lo que ofrezco una disculpa de antemano, si mi comentario, puede ser molesto.
Creo que al neutro debe ser usado sin mayor problema, por ejemplo en mi salón de clase, yo saludo buenos días a todas, y me refiero a todas la personas, ya que no existe todos los PERSONOS.
El feminismo ha llevado las cosas a puntos extremos, como lo es el machismo, lo malo del machismo y del feminismo es creer que uno de los dos es superior al otro, cuando la realidad es que somo iguales, solo con diferencia físicas no intelectuales, además bienvenida la diferencia, que aburrido si fuésemos y pensáramos todos iguales.