Tendencias en inmuebles cambian gracias al COVID-19

El día de hoy el valor de un inmueble ya no se limita al suelo o la zona, las personas ya también buscan que éstos cuenten con terrazas, balcones, jardines y espacios abiertos en general, condiciones que se han ido quedando fuera por la dinámica inmobiliaria actual, asegura Guillermo Buchan López, profesor de la Facultad de Arquitectura, de la asignatura Taller de Arquitectura.
La nueva normalidad ha cambiado muchas cosas, entre ellas que las personas han dejado de buscar los inmuebles cerca de sus escuelas u oficinas para irse a zonas menos demandadas.
Asimismo, las oficinas han empezado a cambiar para darle a sus trabajadores espacios más cómodos física y psicológicamente a través del color, texturas, ventilación, iluminación, dimensiones e inmobiliario; factores que pueden influir en el desempeño laboral.
“No necesariamente lo que se hace es en un escritorio, puede ser en un sillón donde incluso se puede estar acompañado de alguien más con quien conversar, levantarse del asiento, estirarse o usar la caminadora para pensar; en los casi 10 meses que llevamos en confinamiento, todo lo anterior se vuelve igual de relevante, pero dependerá de los recursos financieros de cada quien”, subrayó.
Otro de los aspectos importantes del auge de los coworking u oficinas compartidas es la reducción de costos, asegura el también coordinador de proyectos de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM, sin embargo, también en este momento son espacios vulnerables a contagios del SARS-CoV-2, por lo que necesitan medidas sanitarias más estrictas.
Las necesidades que han surgido con la pandemia definitivamente marcarán el futuro, por lo que es vital que los arquitectos se adapten y anticipen a las demandas del mercado al producir estos espacios, comentó.
Aunado a esto, Guillermo Buchan apuntó que los hogares se han visto conflictuados al no tener el espacio, privacidad y concentración suficiente para que todos en casa puedan continuar con sus actividades a distancia. Situación que se complica con la también falta de conectividad.
El experto hizo énfasis que por esto se propuso en la legislación establecer que los empleadores cubran ciertas necesidades de sus trabajadores que son vitales para continuar con buen desempeño laboral; aportaciones que van desde gastos extraordinarios como luz o internet, así como equipo y herramientas de trabajo.
FUENTE: GACETA UNAM