UNAM analiza osamenta hallada en Teotihuacán

Investigadores del Servicio Arqueomagnético Nacional de la UNAM determinaron que una osamenta hallada en el sitio arqueológico de Tlailotlacan, Teotihuacán pertenecen a una mujer de la elite maya, quien vivió entre los años 570 y 660 d. C.
De acuerdo con diversas pruebas realizadas, los restos recuperados en 2014 son de una persona de entre 35 y 40 años de edad, misma que presenta deformaciones y modificaciones corporales intencionales.
Los científicos universitarios han determinado que la osamenta de la mujer de Tlailotlacan pertenece a la misma época que los restos del hombre hallado en la zona de Cuitzeo, el cual presentaba evidencias de uno de los primeros tratamientos dentales conocidos.
En el caso de la mujer, fueron identificadas modificaciones en los incisivos centrales superiores, con incrustaciones de pirita, lo que apunta al uso de un taladro en el esmalte, técnica utilizada en la zona maya de Petén.
“Esta conexión da la pauta para suponer que ambos vivieron durante una época de desarrollo en tratamientos terapéuticos dentales en la región de mesoamericana”, apuntó Avto Gogichashvili, investigador del Instituto de Geofísica.
Junto a la osamenta de la mujer también se hallaron 19 piezas de cerámica, mismas fueron estudiadas por el centro de investigación perteneciente al Instituto de Geofísica con sede en Morelia.
Tras su estudio, los científicos determinaron que 17 piezas fueron hechas en Teotihuacán y se utilizaban en actividades cotidianas; mientras que las dos restantes provienen del sur de Mesoamérica.
Basados en consideraciones arqueológicas, así como al estilo de la cerámica, los científicos universitarios ubican las piezas entre los años 570 y 660 d. C.
“Inferimos que pudo ser una persona de la elite de la zona sur de Mesoamérica, Oaxaca o la zona maya”, destacaron Verónica Ortega y Jorge Archer, investigadores de la zona arqueológica de Teotihuacán.
Los científicos explicaron que en la zona de Tlailotlacan se han encontrado vestigios prehispánicos desde hace más de cinco décadas, muchos de ellos de personas con costumbres y tradiciones originarias de lugares como Monte Albán en Oaxaca o Kaminaljuyú en Guatemala.
Fuente: Dirección General de Comunicación Social, UNAM