UNAM crea micropropulsores espaciales

Investigadores de la Facultad de Ingeniería del Campus Juriquilla de la UNAM diseñaron y fabricaron el primer propulsor espacial creado en nuestro país, el cual servirá para impulsar microsatélites en órbitas bajas.
De manera paralela, los universitarios promueven el laboratorio de Propulsión Espacial y Termovacío (LPET), el primero en su clase en México, donde se fabricarán y probarán los sistemas de propulsión, área de investigación que está siendo impulsada por el área científica de la Máxima Casa de Estudios.
Estos proyectos ayudarían a detonar la industria espacial en nuestro país, así como la investigación dedicada al desarrollo de satélites espaciales y sus componentes, así lo refirió Jorge Alfredo Ferrer Pérez, profesor e investigador de la Unidad de Alta Tecnología del Campus Juriquilla.
“Lo que queremos es crear independencia tecnológica en el área espacial para México con un impacto social. De este manera, el país no dependerá de adquisiciones en el extranjero y así se genere conocimiento en la nación, capital humano especializado y toda una industria espacial”.
Estos trabajos de investigación tuvieron su origen hace tres años, luego de que un grupo de científicos mexicanos, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), iniciaron el proyecto “Propulsión Espacial Atlatl”, el cual formaba parte de la Red de Temática de Ciencia y Tecnología del Conacyt.
“Un propulsor de esta categoría tiene un costo del orden de cientos de euros. Al desarrollarlo en el país desde cero, lo que tratamos es comprender a profundidad la parte de teoría de diseño aplicado al desarrollo del subsistema de propulsión y sus componentes”, señaló el investigador.
Las primeras pruebas del invento universitario fueron exitosas, por lo que los científicos pasaron a una segunda versión, en la que mejoraron algunas de sus características.
El propulsor tipo hall, se encuentra en etapa de rediseño y podría integrarse en uno de los proyectos de microsatélites, el cual llevaría por nombre Quetzal y se utilizaría para la medición de emisiones de contaminantes en las grandes urbes.
Fuente: El Financiero