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Fundación UNAM: Ejemplo de generosidad

Nada es imposible si existe empeño, disciplina, vocación y compromiso. Eso es lo que he encontrado en la UNAM en poco más de tres décadas de mi vida.

Ingresé a la UNAM en 1979, convencida de que era la mejor universidad del país y lo sigue siendo.

Cuando llegué a la Ciudad Universitaria entré a un mundo diferente, ver lo inmenso de sus instalaciones, el movimiento de profesores, estudiantes y estar en la carrera y la escuela donde deseaba estudiar fue verdaderamente impactante.

Pertenezco a la generación 80-84 que estrenó las instalaciones de la Escuela Nacional de Trabajo Social que hasta hoy se ocupan.

Realicé mis estudios de licenciatura, los cuales concluí a los 22 años para más tarde, en 1992, incorporarme a trabajar en esta Escuela, en la que orgullosamente soy Profesora Titular de Carrera de Tiempo Completo Definitiva y Directora de la misma.

En mis 22 años de trabajo en la UNAM, diariamente he atestiguado el crecimiento de nuestra Universidad, de sus programas, proyectos, instalaciones, de lo numeroso de su población escolar, de sus académicos, trabajadores administrativos. Fue en esta etapa que conocí una de las fundaciones más importantes y generosas de este país, la Fundación UNAM.

La Fundación UNAM cumple 20 años de estar muy cerca de la comunidad universitaria y de apoyarla en todo momento. Hoy sería muy difícil pensar en la UNAM sin la existencia de la Fundación.

Como Directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social agradezco infinitamente a la Fundación UNAM porque nuestra Escuela ha sido beneficiada con diversos apoyos, pero destaco en especial el programa de apoyo nutricional, que a la fecha ha contribuido para que más de 200 alumnos de nuestra entidad académica accedan a una alimentación adecuada y con ello logren mejorar su desempeño escolar, así también es significativa su contribución para que cerca de mil alumnos sean favorecidos en los programas de becas en esta entidad.

Quienes estamos afiliados a la Fundación UNAM realizamos nuestras modestas aportaciones con gran satisfacción, ya que es una forma más de retribuir a nuestra Universidad lo mucho que nos ha dado.

Es indudable que la Fundación UNAM es una aliada natural para la comunidad universitaria y la labor de quienes la han presidido y dirigido ha sido de excepcional valor.

Felicito a la Fundación UNAM por sus 20 años y a todas y todos los universitarios que nos hemos sumado a este esfuerzo.

Leticia Cano Soriano, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social

FUENTE | EL UNIVERSAL


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