Relaciones a través de la tecnología y el problema en la salud mental
Claudia Ivethe Jaen Cortés, académica de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Psicología explica que el ghosteo es una referencia a convertirse en fantasma para terminar con una relación.

Claudia Ivethe Jaen Cortés, académica de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Psicología explica que el ghosteo es una referencia a convertirse en fantasma para terminar con una relación.
Para cortar tajantemente con una relación socio-afectiva, una persona “ghostea” a su par, es decir, desaparece completamente su interés, eliminando toda vía de comunicación,
Es una estrategia que utilizan tanto hombres como mujeres para terminar una relación en la que se compartían afectos e intimidad, de pronto uno de los miembros bloquea a la otra persona, no responde sus mensajes ni llamadas sin dar explicaciones, explicó.
La especialista apuntó que el término se ha popularizado entre las generaciones más jóvenes, y aquellas que no lo son, lo saben gracias al acceso casi universal a medios electrónicos de comunicación.
Agregó que han encontrado investigaciones que apuntan a que la mayoría de las parejas actualmente se comunican a través de los medios electrónicos, por lo tanto, es una forma de interacción que antes no sucedía.
Sin embargo, esto también ha traído consecuencias negativas, como es el caso de la violencia que se ejerce a través de medios electrónicos y las redes sociales, pues la cultura ha hecho que la forma de vincularnos sea distinta, incluso los divorcios han aumentado de manera abrupta.
Por eso, esta técnica del ghosteo es más frecuente, lo cual ocasiona daño emocional y emociones negativas: tristeza, culpa, dolor, depresión, ansiedad, dificultad para volverse a relacionar, desconfianza y, por supuesto, afecta la autoestima, afirmó.
La universitaria afirma que las juventudes tienen que ser responsables afectivamente, pues es sencillo ejercer violencia emocional mediante las redes sociales sin notarlo.
De igual forma alertó que también se dan otro tipo de violencias a través de las redes o la tecnología con las pareja, como el el monitoreo excesivo, que es vigilar el paradero de la pareja, a esto se le conoce como “stalkeo”; además de la “vigilancia cibernética”, que consiste en crear cuentas falsas para revisar a la pareja; o el acoso sexual, que es presionar para tener actividad sexual a través del teléfono celular mandando fotos o mostrándolas sin autorización.
Finaliza diciendo que la violencia psicológica puede darse de muchas formas, cómo crear apodos, enviar agresiones o mensajes que lastimen los sentimientos de la pareja. Debemos practicar estrategias de buen trato, establecer límites y decirle a la otra parte qué se espera de la relación, cuáles son nuestras necesidades afectivas, económicas y sexuales.
Fuente: Gaceta UNAM