Acapulco debe renovarse y detener su deterioro: UNAM

Acapulco continúa siendo un ícono del turismo tradicional, sin embargo es un destino maduro y en la actualidad tiene que renovarse o de lo contrario, incrementará su deterioro, refirió Gustavo López Pardo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En tanto, Álvaro López López, del Instituto de Geografía, dijo que Acapulco se encuentra en una fase de declive, por lo menos en la parte turística que se masificó en los primeros decenios.
“Se considera que un centro litoral está en declive cuando, con su masificación, las clases sociales de mayor capacidad de consumo se retiran y arriban las de menor nivel de compra”, explicó el universitario, quien también dijo que el problema no es la llegada de población de niveles socioeconómicos más bajos, sino el hecho de que se empobrecen los espacios que antes fueron de “moda” y que sufren una desinversión de los capitales privados y de los propios gobiernos.
Acapulco aún es protagonista del turismo nacional (y a veces internacional), sobre todo por su posición estratégica, al estar cerca de la Ciudad de México.
“Tiene un conjunto de turistas cautivos que gastan poco dinero, que se pueden desplazar, que consumen productos baratos, por lo general de baja calidad; además, sufre de graves problemas de contaminación en sus playas. Corresponde a las autoridades locales renovar esa tendencia”, subrayó.
Por ello, Gustavo López Pardo propuso: garantizar mayor tranquilidad y generar opciones turísticas que vayan más allá de sol y playa; esto último tiene que ver con el encadenamiento de los diferentes servicios y actividades que se ofrecen; es decir, crear circuitos o recorridos que involucren a las comunidades locales y permitan que el visitante diversifique su estancia.
En tanto, Álvaro López recordó que en otros lugares del mundo ya han tomado previsiones en ciudades que tenían la misma situación que Acapulco. En Calviá, en las Islas Baleares, explicó, se reorganizó el espacio para acabar con la idea del turismo masificado, se luchó contra la corrupción en la toma de decisiones y se fomentaron modelos de un turismo más discreto y alternativo.
Acapulco no sólo fue una de las entradas del viejo continente a nuestro país, sino la primera experiencia playera de cientos de miles de mexicanos y turistas extranjeros.
Fuente: DGCS, UNAM